La salud tal y como la entendemos actualmente y ya la conocían nuestros antepasados, no tiene solo que ver con nuestro estado físico, también tiene que ver con que sentimos y como gestionamos esas emociones. Muchas veces esas emociones las somatizamos a nivel físico y no logramos entender su origen, las interpretamos como un desajuste a nivel físico cuando puede haber una emoción que la haya desencadenado. Por tanto, esas emociones tienen su repercusión en el cuerpo físico.
Un alto porcentaje de las reacciones físicas que las personas experimentan están estrechamente relacionadas con procesos mentales o emocionales.
En otras palabras: lo exterior muestra algo que está pasando en el interior, en la parte más profunda e íntima del paciente.
Enfermedades como la ansiedad y la depresión tienen un claro reflejo en nuestro cuerpo. Estas situaciones mentales y emocionales van dejando cicatrices también de forma física. Son lo que desde el ámbito médico se llaman enfermedades emocionales reflejadas en el cuerpo.
Así, la ansiedad y la depresión se observan a través de muchos indicativos, que son “señales de advertencia” que da el cuerpo tanto para la persona que lo sufre como para los que están en torno a ella. Se trata de una serie de alarmas para indicar que algo no marcha bien y que hay que buscar ayuda profesional para solucionarlo. El cuerpo nos va dando señales de manera sutil y si hacemos oídos sordos a esas señales llega un momento en el que aparecen de manera estruendosa en forma de taquicardias, falta de aire, mareos, dolor intenso en el pecho, temblores, un vacío en el cuerpo que produce dolor…
Todas estas situaciones físicas son muy reales cuando alguien sufre un proceso de ansiedad intenso.
Pero no acaban ahí: episodios de hiperventilación, sensación de ahogo, la aparición de bolos ansiosos en la garganta… Las consecuencias físicas de la ansiedad son muchas y muy diversas.
Y hay veces que pensamos que es un síntoma físico relacionado con un ataque al corazón, lo que en muchos casos nos lleva a pensar que vamos a morir en ese momento.
En casos severos de depresión, las señales físicas y corporales pueden ser mucho más acusadas todavía.
Lo primero a lo que hay que prestar atención es a un aumento o una bajada notable y rápidas de peso. Esta suele ser una señal unívoca de que algo no marcha bien. Otro de los puntos a los que se suele prestar atención es a los mareos, frecuentemente unidos a dolores de cabeza, jaquecas y cefaleas.
Por otro lado, las personas con depresión suelen mostrar frecuentes dolores abdominales, problemas para respirar y dolores de espalda.
Es importante tener en cuenta que estos síntomas no ocurren siempre. Habrá personas que manifiesten su situación bajo todos o alguno de estos parámetros y habrá quien no. Por eso, la observación constante de las personas de nuestro entorno ha de ser perspicaz y analítica.
Desde LA NUEVA TERAPIA, LNT® podemos comprender que los traumas emocionales y físicos están fuertemente unidos, es el primer paso para comenzar a trabajar con ellos de manera integral y solucionarlos para siempre.
Porque de nada sirve eliminar las señales físicas si no se trabaja también en reducir y eliminar el problema emocional y mental que está en su origen.
LA NUEVA TERAPIA, LNT®, aporta muchísimos beneficios tanto a nivel físico como emocional. Y se utiliza habitualmente para superar problemáticas como la ansiedad y la depresión, tratándolas desde el cuerpo físico, el emocional y el espiritual. Cuando tratamos tanto la ansiedad y la depresión a través de LA NUEVA TERAPIA, LNT® , sanamos tanto los síntomas físicos que afloran a la superficie y son muy palpables, como la emoción que está detrás de su origen, y así vamos a sanar el origen de esa dolencia.
A través de la canalización directa de la energía y la conexión con la Fuente, es posible despertar todo el potencial que reside en el interior de las personas y lograr sorprendentes cambios físicos y emocionales.
Trabajar sobre la raíz de los problemas de la depresión o la ansiedad tendrá además repercusión directa en el exterior de las personas: estas enfermedades emocionales reflejadas en el cuerpo desaparecerán, eliminando todo rastro tanto en el cuerpo como en el alma y la mente de las personas.