La PERSONALIDAD, eso que siempre va conmigo.
La personalidad se puede definir como el conjunto de características y rasgos que mejor describen o identifican el modo de ser, de sentir, de comportarse habitualmente de un sujeto, de tal modo que a partir de ellos es posible predecir con relativa precisión su funcionamiento social, emocional e incluso intelectual en diversos contextos, actividades o situaciones vitales.
Todos tenemos nuestra propia personalidad y así la hacemos ver a los demás, desde la psicología hacemos grandes diferencias en torno a una serie de tipos de trastornos de la personalidad, es decir, cuando vemos a un paciente y en función de lo que nos cuenta podemos ir viendo o detectando dos aspectos importantes:
– Rasgos de personalidad
– Trastornos de la personalidad
Cuando hablamos de rasgos, nos referimos a pequeños patrones de comportamiento que caracterizan a esa persona y que no le causan, en principio, ningún problema serio en su vida, pero que le definen en cómo es esa persona. Otra cosa bien distinta es cuando hablamos de la presencia de un trastorno de la personalidad donde hay una patología que le esté produciendo una alteración significativa en diversas áreas de su vida.
Cuando detectamos un trastorno de la personalidad en consulta, lo primero que se hace es apoyar nuestra hipótesis con pruebas psicométricas que evalúan y analizan la personalidad, esto nos da un respaldo científico para establecer un buen programa de tratamiento y así poder ayudar al paciente.
Existen varios trastornos de la personalidad y que en función de sus características va a necesitar un tipo de ayuda específica. De forma muy resumida mencionaré algunos de ellos:
– Trastorno de la personalidad paranoide: Son personas muy desconfiadas, sospechan, sin base suficiente, de que los demás explotan, causan daño o decepcionan al individuo.
– Trastorno de la personalidad antisocial: Patrón dominante de inatención y vulneración de los derechos de los demás con incumplimiento de las normas sociales, engaño e irresponsabilidad.
– Trastorno de la personalidad obsesivo-compulsiva: Presenta un patrón dominante de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la franqueza y la eficiencia, muy preocupada por los detalles, normas y las listas o la organización en general descuidando el objetivo principal de la actividad.
Existen muchos más y de los que hablaré en mi blog de forma más detallada, dando pautas para identificarlos y llevar una sana adaptación de los mismos a nuestra vida.