La terapia de pareja es una intervención psicológica diseñada para ayudar a las parejas a resolver conflictos, mejorar la comunicación y fortalecer la relación afectiva. Este tipo de terapia ha evolucionado a lo largo de las últimas décadas, integrando diferentes enfoques teóricos y técnicas basadas en la evidencia.
Uno de los marcos más influyentes en la terapia de pareja es el enfoque sistémico, el cual considera a la pareja como un sistema en el que las dinámicas relacionales se retroalimentan. Según Minuchin (1974), los problemas en la relación suelen surgir no por características individuales, sino por patrones de interacción disfuncionales que deben abordarse en conjunto.
Otro modelo ampliamente utilizado es la Terapia de Pareja Cognitivo-Conductual (TPCC), que se centra en identificar y modificar pensamientos distorsionados y comportamientos problemáticos. De acuerdo con Baucom et al. (2012), la TPCC ha demostrado ser efectiva en la reducción de conflictos y en la mejora de la satisfacción conyugal al fomentar habilidades de comunicación y resolución de problemas.
En años recientes, la Terapia Focalizada en las Emociones (EFT, por sus siglas en inglés), desarrollada por Johnson (2004), ha cobrado relevancia por su enfoque centrado en el apego y las emociones. La EFT busca fortalecer el vínculo emocional mediante la identificación de patrones negativos de interacción y la promoción de respuestas más empáticas y seguras entre los miembros de la pareja. Estudios recientes muestran que aproximadamente el 70-75% de las parejas que completan EFT reportan una mejoría significativa en su relación (Johnson et al., 2013).
La eficacia de la terapia de pareja varía según factores como la motivación de los participantes, la duración de la relación y la gravedad del conflicto. No obstante, múltiples revisiones sistemáticas respaldan su efectividad general. Según un metaanálisis realizado por Shadish y Baldwin (2003), los tratamientos de pareja presentan tamaños de efecto moderados a grandes en la mejora del bienestar conyugal y en la reducción de la sintomatología individual, como la depresión.
En conclusión, la terapia de pareja representa una herramienta valiosa para abordar problemáticas relacionales. Su éxito depende en gran medida del enfoque terapéutico utilizado, así como de la implicación activa de ambos miembros de la pareja.
