Mi amor por la psicología, por entender cómo funcionamos las personas, comenzó bien pronto. Cuando terminé la escuela, tenía bastante claro mi camino y decidí cursar la carrera de psicología. Pero cuando terminé, estaba más perdida que cuando había empezado.
Hice un máster en gerontología, trabajé como psicóloga y subdirectora en varias residencias, y luego elegí cambiar y pasé un año y medio trabajando en el sector turístico.
Tras esta multitud de experiencias, de decisiones, de aprendizajes, volví a escucharme cuando comencé a recibir terapia Gestalt. Gracias a la terapia reconecté conmigo misma, con mis metas, con mis sueños, de una forma que no había sentido antes.
Empecé a experimentarme. A conocer mis heridas, mis miedos, mis valores, mis bendiciones. A mi yo por entero.
Y entonces decidí formarme como terapeuta Gestalt con el maestro Tomás de la Fuente y como psicóloga clínica, por la UDIMA.
Hoy en día sigo yendo a terapia como parte de mis pautas de auto-cuidado. Sigo formándome, ya que opino que una siempre puede mejorar como terapeuta. Actualmente, participo en un curso con el maestro Gabor Maté, PH. Experto en trauma en su formación de Compassionate Inquiry.
En mi consulta no hay espacio para el juicio. Cada uno somos como somos y la conciencia del yo promueve el cambio interior. Siempre queda espacio y tiempo para aceptarse y decidir cambiar cómo nos tratamos a nosotros mismos.
Te acompaño desde la experiencia y el conocimiento adquirido a lo largo de años ejerciendo. Y desde la compasión de haber vivido el camino del desarrollo personal en mi piel.