La autoestima es un elemento fundamental en nuestro bienestar emocional, que trata sobre la valoración negativa o positiva que hace una persona sobre sus capacidades, actitudes y características. Es un concepto dinámico (para bien y para mal) fruto de experiencias sucesivas donde valoras aquello que conoces de ti (tu autoconcepto).
Algunas frases que nos indicarían que algo está pasando, que hay una baja autoestima son:
-
«Mis éxitos sólo son valiosos cuando me los reconoce otra persona».
-
«Establezco relaciones que sé que son dañinas para mi».
-
«Soy muy indecisa, me cuesta tomar decisiones siempre».
-
«Soy lo peor, me comparo constantemente con los demás».
-
«Veo las magníficas cualidades que tienen los demás e minusvaloro las mías».
-
«Soy mi peor enemigo/a, autoboicoteo mis planes».
-
«No me cuido» o «me cuido demasiado, me obsesiono con cuidarme».
La autoestima tiene que ver o está relacionada con otros conceptos como la autonomía personal, la valoración, el afecto recibido, los cuidados… que precisamente van a ser los cimientos de una autoestima adecuada, es decir, si no he recibido afectos, amor, me he sentido vista, si no me han enseñado a cuidarme, a verme útil, capaz… el resultado final va a ser una baja autoestima o inestable y al suceder distintos eventos en la vida mis cimientos se van a tambalear y surgirá la valoración negativa («ya sabía yo que no iba a poder», «no valgo para esto», «no me he esforzado lo suficiente»…).
Otro concepto relacionado con la autotestima es el de autocompasión que se traduciría como la amabilidad hacia uno/a mismo con respeto. La Dra. Kristin Neff, quien se ha dedicado en profundidad al estudio de la autocompasión, considera que se trata de la aceptación incondicional de uno mismo/a, independientemente de los logros, las batallas o las opiniones externas. Para esta autora existen tres elementos a tener en cuenta: la amabilidad hacia uno mismo, la humanidad compartida (reconociendo que todos padecemos dificultades) y la importancia de la atención plena (objetividad y conciencia equilibrada de nuestras emociones, sin exagerarlas ni minimizarlas). De forma complementaria al trabajo que se realiza en la autoestima, esta autora nos encamina a cultivar la autocompasión como una manera mucho saludable de relacionarnos con nosotros/as mismos, de aprender a ser más resilientes y alcanzar un mayor bienestar emocional.
Si quieres profundizar en el mensaje de esta autora, os invitamos a leer su libro «Autocompasión: Detente, quiérete y sé amable contigo mismo».
Vamos ahora a analizar cómo está nuestra autoestima, para ello coge lápiz y papel y responde con sinceridad a las siguientes preguntas (por favor, ten en cuenta que estás preguntas nunca sustituyen a la evaluación de un profesional, pide ayuda si crees que lo necesitas):
-
¿Sientes que estás en paz con tu mundo interior?
-
¿Estás contenta/o con la persona en la que te has convertido?
-
¿Te gustaría cambiar algunos aspectos de tu personalidad?
-
En líneas generales, ¿estás satisfecha/o con tu vida?
-
Me siento útil, soy capaz de sacar adelante aquello que me propongo.
-
Al echar la vista atrás, no observo nada que me haga sentir orgulloso/a.
-
En algunas ocasiones me cuestiono si soy buena persona.
- Me siento una fracasada/o, me olvido fácilmente de tratarme con respeto.
Con estas preguntas solo queremos invitar a la reflexión. Si observando tus respuestas hay una mayoría de respuestas negativas, quizás es el momento de solicitar ayuda profesional, alguien que te acompañe, te entienda y te guíe hará que te vayas sintiendo mejor. Además estableceréis un plan de acción y te enseñará estrategias para cimentar esa autoestima y fortalecerla. No tienes porqué hacerlo solo/a.