Hola,
mi nombre es Alicia Manzano y soy Terapeuta y Coach Emocional, especializada en resolución de conflictos y Facilitadora de Comunicación No Violenta (CNV).
A lo largo de mi vida, me he encontrado con situaciones en las que alguien dice o hace algo que me molesta profundamente. Puede ser un comentario fuera de lugar, una actitud que percibo como egoísta o incluso una simple expresión facial que interpreto como desaprobación. Y, sin darme cuenta, mi mente se llena de juicios: «No sabe comunicarse», «Siempre hace lo mismo», «No le importa cómo me siento».
Durante mucho tiempo, reaccioné a estas situaciones desde la frustración y la impotencia. Pero cuando empecé a trabajar con la Comunicación No Violenta (CNV), descubrí algo transformador: lo que me molesta de los demás es un reflejo de algo en mí. No significa que la otra persona no tenga su parte en la historia, pero mi reacción me habla más de mis propias necesidades que de su comportamiento.
De la Crítica a la Conexión.-
Recuerdo una situación en la que un amigo solía llegar tarde a nuestras citas. Cada vez que lo hacía, mi mente se llenaba de pensamientos como «no respeta mi tiempo», «es un irresponsable», «solo piensa en sí mismo». Me sentía enfadada y desvalorizada.
Sin embargo, cuando hice el ejercicio de observar sin juicio, me di cuenta de algo: su impuntualidad tocaba mi necesidad de ser valorada y de sentir que mi tiempo es importante. No se trataba solo de que él llegara tarde; se trataba de que yo interpretaba su tardanza como una falta de consideración hacia mí.
Cuando fui capaz de ver esto, pude cambiar mi enfoque. En lugar de reaccionar con enojo, pude expresar mi necesidad de manera más clara: «Me gustaría que cuando quedemos a una hora, podamos respetarla, porque para mí es importante la organización y la puntualidad. ¿Cómo podemos hacer para que esto funcione mejor para los dos?»
Este cambio me permitió salir del juicio y entrar en una conversación real. Y aunque él no cambió de la noche a la mañana, yo sí logré algo valioso: dejar de cargar con el peso del resentimiento.
El Poder del Espejo: Lo que me irrita, me habla de Mí.-
Cada vez que me encuentro en una situación que me genera frustración, trato de hacerme tres preguntas clave:
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¿Qué emoción hay detrás de este juicio? (Ejemplo: frustración, tristeza, enojo)
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¿Qué necesidad mía no está siendo atendida? (Ejemplo: reconocimiento, respeto, conexión)
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¿Cómo puedo expresar esta necesidad sin exigir ni culpar?
Por ejemplo:
Juicio | Emoción detrás | Necesidad no atendida |
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«Mi jefe nunca me escucha» | Frustración | Sentirme valorada y tomada en cuenta |
«Mi pareja no me apoya en nada» | Tristeza | Acompañamiento y comprensión |
«Mi familia siempre opina sobre mi vida» | Irritación | Espacio y autonomía |
«Mis hijos no me respetan» | Impotencia | Reconocimiento y cooperación |
Al hacer este ejercicio, me doy cuenta de que muchas veces lo que me irrita en los demás tiene que ver con algo que yo necesito fortalecer en mí misma.
El Reto: Pasar de la Reacción a la Observación.-
Observar sin juzgar es uno de los retos más grandes de la Comunicación No Violenta. A veces, me ayuda imaginar que soy una espectadora de la escena en lugar de estar dentro de ella.
Un día, mientras estaba en el supermercado, vi a una madre regañando a su hijo con un tono de voz muy alto. Mi primera reacción fue pensar: «Qué mala madre, no debería hablarle así». Pero luego recordé el ejercicio de la observación y me pregunté: ¿Qué necesidad puede tener ella en este momento?
Quizás estaba cansada, agobiada o simplemente no sabía otra forma de comunicarse. En lugar de quedarme atrapada en mi juicio, pude sentir empatía por su situación. No se trataba de justificar su actitud, sino de ver más allá de la superficie.
Cada día, tengo la oportunidad de elegir entre reaccionar con juicio o responder con comprensión. No siempre lo consigo, pero cuando lo hago, noto cómo mis relaciones se transforman.
Aprender a mirarnos con compasión.-
Este proceso no es fácil. A veces me frustra darme cuenta de lo difícil que es cambiar mis patrones de pensamiento. Pero en lugar de desesperarme, intento recordar que este es un camino, no un destino.
Cada vez que traduzco un juicio en una necesidad, me siento más libre. Y al final, eso es lo que busco: relaciones más auténticas, una comunicación más honesta y, sobre todo, paz conmigo misma.
Si te resuena este trabajo y te gustaría profundizar en ello, te invito a explorar la Comunicación No Violenta (CNV) conmigo.
A través de mis sesiones, podemos trabajar junt@s para que aprendas a escuchar tus emociones, comprender tus necesidades y comunicarte desde un lugar de conexión y autenticidad.
Si quieres dar este paso hacia relaciones más sanas y una mayor paz interior, estaré encantada de acompañarte en este proceso.
Gracias por leerme.
Alicia Manzano
www.aliciamanzano.com