Hola, mi nombre Alicia Manzano,
y soy Terapeuta y Coach Emocional, especializada en resolución de conflictos y facilitadora de Comunicación No violenta (CNV).
Durante mucho tiempo, vi mis emociones como algo que tenía que controlar o incluso evitar.
Me decía cosas como: «No debería sentirme así», «Tengo que ser más fuerte», o «Si ignoro esto, seguro se me pasa». Pero cuanto más intentaba tapar lo que sentía, más fuerte volvían esas emociones, como si estuvieran tratando de decirme algo importante y yo me negara a escucharlas.
Con el tiempo, aprendí que las emociones no son el problema. No están aquí para fastidiarnos la vida, sino para darnos información valiosa sobre lo que necesitamos. Son como mensajeras internas que nos avisan cuando algo va bien o cuando algo no está funcionando.
Cada emoción tiene un mensaje.-
Piensa en tus emociones como señales en una carretera. Si ignoras una señal de “desvío” o “camino en reparación”, probablemente termines en un embotellamiento o en un camino complicado. Lo mismo ocurre cuando ignoramos nuestras emociones. Cada una trae un mensaje, y cuando aprendemos a escucharlas, podemos tomar decisiones más alineadas con lo que realmente necesitamos.
Aquí te dejo algunas emociones comunes con ejemplos claros de cómo interpretarlas:
1. La tristeza
Ejemplo: Después de mudarme a otra ciudad, pasé semanas sintiéndome triste sin saber por qué. Hasta que me di cuenta de que extrañaba a mis amigos y la rutina que tenía antes. Mi tristeza no era un problema, sino un mensaje: necesitaba más conexión con mis seres queridos.
Mensaje de la emoción: La tristeza nos muestra que hemos perdido algo valioso o que necesitamos apoyo. Es una invitación a parar, sentir y buscar consuelo.
2. La rabia
Ejemplo: Imagina que un amigo cancela una salida en el último minuto por tercera vez. Sientes rabia y piensas: «Siempre hace lo mismo, no le importa nuestro plan». Pero si escuchas esa emoción, tal vez te des cuenta de que lo que realmente necesitas es respeto y compromiso en tus relaciones.
Mensaje de la emoción: La rabia nos señala que sentimos una injusticia o que nuestros límites han sido cruzados. Nos da energía para actuar, pero si no la gestionamos bien, también puede llevarnos a reacciones impulsivas.
3. El miedo
Ejemplo: Antes de dar una presentación en el trabajo, sentí miedo y pensé en cancelar. Pero cuando me detuve a analizarlo, entendí que no era un peligro real, sino la necesidad de estar mejor preparada. Me di tiempo para ensayar y eso me ayudó a enfrentar la situación con más seguridad.
Mensaje de la emoción: El miedo nos avisa de un posible peligro o de la necesidad de prepararnos mejor para algo. No siempre significa que debamos huir, sino que tal vez necesitamos más información o confianza en nosotr@s mism@s.
4. La frustración
Ejemplo: Llevas semanas intentando comer más saludable, pero cada vez que lo intentas, terminas comiendo lo mismo de siempre. Sientes frustración y piensas: «Soy un desastre, nunca lo voy a lograr». Pero en realidad, esa emoción te está mostrando que tal vez necesitas un plan más realista o apoyo para lograrlo.
Mensaje de la emoción: La frustración nos dice que algo no está saliendo como queremos y que quizás necesitemos cambiar de estrategia o ajustar nuestras expectativas.
5. La alegría
Ejemplo: Pasas una tarde con amigos, te ríes sin parar y te sientes plen@. Esa alegría es un mensaje claro de que la conexión social es importante para ti y que deberías buscar más momentos así en tu vida.
Mensaje de la emoción: La alegría nos indica que estamos en sintonía con nuestras necesidades y valores. Es una emoción que nos motiva a seguir por el camino que nos hace bien.
El problema no es la emoción, sino lo que hacemos con ella.-
Muchas veces creemos que el problema es sentir ciertas emociones, cuando en realidad el problema es cómo reaccionamos ante ellas. Por ejemplo:
Si siento tristeza y me digo «No debería estar triste», no estoy solucionando nada. Solo me estoy invalidando y acumulando más malestar. Si siento rabia y la saco en forma de gritos o reproches, no estoy usando esa energía de manera constructiva. Si tengo miedo y me paralizo sin explorar alternativas, me estoy cerrando posibilidades.
En lugar de pelear contra las emociones, podemos escucharlas, sentirlas y ver qué nos están pidiendo.
Cómo escuchar nuestras emociones sin rechazarlas.-
Si quieres empezar a recibir los mensajes de tus emociones en lugar de luchar contra ellas, aquí tienes un pequeño ejercicio práctico:
1. Ponle nombre a lo que sientes: Pregúntate: ¿Qué emoción estoy sintiendo ahora? (Ejemplo: «Estoy sintiendo frustración»).
2. Ubica dónde la sientes en el cuerpo: (Ejemplo: «Siento un nudo en el estómago cuando estoy frustrado»).
3. Hazle una pregunta a la emoción: En lugar de querer deshacerte de ella, pregúntale: ¿Qué me quieres decir? o ¿Qué necesito en este momento? (Ejemplo: «Tal vez necesito ayuda o cambiar mi estrategia para lograr mi objetivo»).
4. Dale espacio sin apresurarte a reaccionar: Respirar profundo, escribir en un diario o hablar con alguien de confianza puede ayudarte a procesar la emoción antes de responder.
5. Piensa en una pequeña acción para atender esa necesidad: Puede ser pedir ayuda, poner un límite, darte un momento de descanso o simplemente aceptar lo que estás sintiendo sin juzgarte.
Las emociones no son enemigas, son aliadas.-
Si empezamos a ver nuestras emociones como aliadas en lugar de enemigas, cambia por completo la manera en que las vivimos. En lugar de pelearnos con ellas, podemos usarlas como brújulas que nos ayudan a entender qué es lo que realmente necesitamos.
Así que la próxima vez que una emoción intensa aparezca, en lugar de rechazarla o sentirte mal por tenerla, pregúntate: ¿Qué mensaje me trae esta emoción? Puede que descubras algo importante sobre ti mismo.
¿Te ha pasado alguna vez que una emoción te mostró algo que no habías visto antes? Cuéntame en los comentarios, me encantará leerte.
Gracias por leerme
Alicia Manzano
www.aliciamanzano.com