Hola,
mi nombre es Alicia Manzano y soy Terapeuta y Coach Emocional, especializada en resolución de conflictos y Facilitadora de Comunicación No Violenta (CNV).
La Comunicación No Violenta (CNV) nos ofrece herramientas fundamentales para construir relaciones más sanas y genuinas. Una de las distinciones más importantes que Marshall Rosenberg enfatiza en su trabajo es la diferencia entre una petición y una exigencia.
¿Cuántas veces hemos pensado que estamos pidiendo algo cuando, en realidad, estamos exigiendo?
Lo que distingue una petición de una exigencia.-
Marshall Rosenberg explica que una petición es una expresión honesta de nuestras necesidades, pero con la apertura de aceptar una respuesta negativa sin castigar a la otra persona emocionalmente. Por otro lado, una exigencia impone una acción y lleva implícito un castigo si no se cumple.
Como él mismo decía:
«Podemos saber si lo que hacemos es una petición o una exigencia por la manera en que reaccionamos cuando la otra persona dice no.»
Este principio es clave para la CNV: una petición genuina deja espacio para la autonomía del otro, mientras que una exigencia busca controlar el comportamiento ajeno.
Ejemplo en la vida cotidiana.-
Imaginemos que queremos que nuestra pareja pase más tiempo con nosotros. Si decimos:
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Petición: «Me gustaría mucho que pasemos más tiempo juntos esta semana, ¿ cómo lo ves?»
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Exigencia: «Siempre estás ocupado. Necesito que dediques tiempo a nuestra relación.»
La diferencia es clara: en la petición, expresamos nuestro deseo sin imponer ni manipular. En la exigencia, culpamos y condicionamos el comportamiento del otro.
El impacto de las exigencias en las relaciones.-
Cuando exigimos, generamos resistencia. Como Rosenberg destaca:
«Cuando la gente siente que se les exige algo, su energía se centra en la resistencia o la obediencia, pero no en la conexión.»
En otras palabras, la exigencia nos aleja del diálogo sincero y de la empatía. Nos coloca en una dinámica de lucha de poder donde la otra persona se siente presionada en lugar de motivada a actuar por voluntad propia.
Cómo transformar exigencias en peticiones.-
Para convertir nuestras exigencias en peticiones auténticas, podemos seguir estos pasos:
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Identificar la necesidad real: Antes de pedir algo, preguntarnos ¿ qué necesidad está motivando esta petición?
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Expresar la petición de manera concreta y sin juicios: En lugar de «Nunca me escuchas», podríamos decir «Me gustaría que me dedicaras unos minutos para compartir cómo me siento.»
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Aceptar un no sin resentimiento: Si nuestra petición no es atendida, podemos explorar alternativas sin castigar emocionalmente al otro.
Un cambio de perspectiva.-
Aprender a hacer peticiones en lugar de exigencias nos lleva a relaciones más saludables y auténticas. Como Rosenberg nos recuerda:
«Cuando la gente actúa por miedo, culpa o vergüenza, la conexión se pierde. Queremos que los demás actúen desde el corazón, no por obligación.»
Al practicar este cambio, creamos un entorno donde nuestras relaciones están basadas en la comprensión y el respeto mutuo.
Y si te cuesta diferenciar entre petición y exigencia en tu vida cotidiana, te invito a explorarlo en mis sesiones de CNV, donde podemos profundizar juntos en este camino hacia una comunicación más consciente y empática.
Gracias por leerme.
Alicia Manzano
www.aliciamanzano.com