Respira: no estás aquí para cargar con todo.
El burnout no siempre se siente como agotamiento físico.
De hecho, al cuerpo es al que menos caso se hace.
A veces se siente como estar atrapado en una versión de ti que ya no eres.
No es solo la carga de trabajo, que es lo que siempre se suele pensar.
Es la carga emocional.
La carga mental.
La carga de expectativas no dichas. Y las no cumplidas.
La carga de sostener algo que ya no te define.
La carga de sentir que a pesar de hacer nunca llegas….
Y la carga de seguir en ese bucle del que sientes que no puedes salir.
Es levantarte cada día y ponerte un traje que te aprieta por dentro.
Seguir adelante, aunque por dentro ya te hayas quedado atrás.
Y nadie lo nota, porque sigues cumpliendo.
Pero tú lo sabes. Lo sientes. Lo arrastras.
¿Y si el primer paso no es hacer más, sino soltar?
¿Y si trabajar con liviandad no es ser menos profesional, sino más humano?
¿Y si el coraje está en dejar de cargar con lo que ya no eres?
Hoy puedes preguntarte:
— ¿Qué parte de mí estoy forzando para encajar?
— ¿Qué puedo soltar hoy para sentirme más ligero/a?
— ¿Qué necesitaría para trabajar con más verdad y menos peso?
Porque quizás no estás agotado por lo que haces, sino por lo que sostienes.
En nuestros talleres de Alquimia Emocional hacemos esto: revisar tu “carga” para que vayas más ligero de equipaje.
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