Si has hecho muchas dietas para perder peso pero no te han funcionado, si quieres recuperar o mantener tu salud y buscas la dieta que te ayude a conseguirlo, este artículo te interesa.
Hace muchos años me explicaron un chiste que me hizo mucha gracia y a pesar del paso del tiempo no se me ha olvidado:
Entra un cliente en una tienda y pide un champú.
Cliente: un champú, por favor.
Vendedor: ¿lo quiere para pelo graso, pelo seco, pelo normal, pelo rizado, pelo liso, pelo fino, pelo encrespado, pelo rubio, pelo teñido, pelo con mechas, pelo con puntas abiertas, pelo sin volumen, pelo con demasiado volumen, pelo delicado?
Cliente: ¿tiene para pelo sucio?
A veces nos perdemos en los detalles y nos olvidamos de lo esencial. El artículo de hoy es una reflexión sobre las dietas que tiene mucho que ver con este chiste. En estos momentos hay más dietas que champús en el chiste y la mayor parte de las personas se ven desbordadas por toda esa variedad y no saben cuál es la adecuada. Los defensores de cada una de esas dietas las defienden con muchos datos y estudios, y en base a esa información aseguran que cada una es la mejor. ¿La mejor para quién? Esa es la pregunta clave. En realidad no existe una dieta ideal para todo el mundo.
Hay un factor que se pasa habitualmente por alto a la hora de hablar de dietas. Cuando alguien recomienda hacer tal o cual dieta para perder peso o para mejorar la salud no suele tener en cuenta este factor que podemos llamar Factor X y que es esencial. Este Factor X es el sistema digestivo.
Nuestro sistema digestivo no es una trituradora
Cuando se habla de dieta y alimentación, habitualmente se pasa por alto algo importantísimo, lo que comemos hay que digerirlo. Se dice que somos lo que comemos, pero en realidad somos lo que absorbemos. Podemos cuidar mucho lo que ponemos en el plato, pero no debemos olvidar que esa comida la tenemos que digerir. Mucha gente habla de dietas, pero poca gente tiene en cuenta el sistema digestivo. Nos comportamos como si tuviéramos una trituradora dentro, pero el proceso digestivo no consiste en triturar los alimentos, es un proceso químico. La única trituración es la que llevamos a cabo en la boca con la masticación (quien mastica, porque muchas personas engullen). A partir de ahí es un proceso químico, y no todos tenemos la misma capacidad digestiva. La dieta adecuada para una persona es la que se adapta a su capacidad digestiva y a su metabolismo, y evidentemente no es la misma para todos.
Para entender mejor esto, vamos a ver algunos ejemplos de dietas que se salen de lo habitual y por sus características más específicas nos pueden ayudar a verlo con más claridad.
Ejemplos:
- La dieta paleolítica y la cetogénica (que es una paleolítica extrema) aportan muchos beneficios, el más importante y estudiado es su efecto antiinflamatorio. Fantástico. Si tienes un problema de inflamación crónica piensas que esa es tu dieta, pero espera, hay un detalle que deberías tener en cuenta, ésta es una dieta alta en grasas y baja en hidratos ¿Te han extirpado la vesícula biliar? ¿Te resultan indigestas las comidas con grasas?
- Las personas que deciden hacer la dieta vegetariana o la vegana (que es una vegetariana extrema), lo hacen más por filosofía de vida y por principios que por análisis. Respetable. Pero deberían tener en cuenta cómo digieren y metabolizan los hidratos de carbono, porque estas dietas son altas en hidratos de carbono ¿Tienes bajones de energía a lo largo del día? ¿Cuando te comes una pizza sientes que de golpe la ropa ha encogido un par de tallas?
- Las personas que han oído decir que con las dietas hiperproteicas se pierde peso puede que se planteen hacer alguna de estas dietas. Les recomiendo que antes se aseguren de tener una gran producción de jugos gástricos, porque para digerir esa gran cantidad de proteínas necesitarán tener un estómago hiperfuerte. Si tenemos en cuenta que en estos momentos la hipoclorhidria es un problema muy común, estas dietas no serían recomendables para casi nadie, además ya se ha demostrado que son incluso perjudiciales para la salud.
¿Quién sabe mejor cual es la dieta adecuada?
La dieta no deberíamos elegirla con la cabeza, estudiando pros y contras y analizando las características de cada estilo de alimentación; para elegirla deberíamos preguntarle a nuestro sistema digestivo. ¿Quién va a saber mejor que el propio sistema digestivo lo que podemos digerir y lo que no? Pero antes de preguntarle debemos asegurarnos de que está bien. Un estómago hipofuncionante, un intestino disbiótico, un hígado congestionado, no nos van a responder correctamente cuando les preguntemos. Primero sanar, después preguntar. Un sistema digestivo sano nos habla, nos dice qué alimentos puede digerir bien y cuales le cuesta digerir. Esa información es esencial para saber cuál es la dieta que nos va bien, la que nos ayudará a establecernos en un peso saludable y a mantenernos sanos. No tener en cuenta al sistema digestivo a la hora de elegir nuestro tipo de alimentación es como si un atleta decidiera si participa en una maratón o en una carrera de velocidad en función de factores externos como el terreno, el clima, etc, pero sin tener en cuenta si su cuerpo está más preparado para la resistencia o la velocidad.