Para evitar pensar en términos de lucha de poder entre sexos es importante conocer los miedos a que cada sexo se expone a la hora de afrontar una relación sexual. Una vez conocemos y tenemos presentes cuales son los miedos de la persona con quien vamos a compartir nuestra intimidad, comenzamos a entrar en la comunicación verdadera y esto abre las puertas del amor y de la compasión, ambos necesarios para sentir placer y poder entregarse plenamente al sexo.
Afortunadamente en nuestra sociedad occidental, la mujer está recuperando un lugar visible y de peso en sus relaciones amorosas, de pareja y sexuales. Cada vez más mujeres, piden cómo quieren ser satisfechas. Un diálogo donde muestran lo que necesitan y hablan sobre lo que les apetece recibir. Este cambio, hace que los hombres tengan que escuchar antes de actuar y estar atentos de las necesidades de su amada para no ser rechazados. Este nuevo paradigma ha creado nuevos miedos a la vez que no ha eliminado los típicos y más arraigados.
En contraposición, muchos hombres sensibilizados con las necesidades de las mujeres, se comportan con extrema cautela para no ofenderlas. Esto hace que a veces muestren un comportamiento feminizante, donde a nivel energético su fuego y pasión se está cortando o inhibiendo. Con su mejor intención, están perjudicando la relación sexual y su función masculina natural, por falta de comunicación.
En este artículo te animo a reflexionar qué miedos sexuales tienes tú como mujer o como hombre y cuáles puede tener la persona con la que mantienes relaciones sexuales. El sexo placentero es un baile entre dos y es muy importante nuestro comportamiento delante de los miedos propios y también de nuestra pareja.
Miedos sexuales de los hombres con las mujeres
A partir de la pregunta que nuestra maravillosa Maestra Astiko lanzó en uno de nuestros módulos de formación tántrica: “Vosotros, hombres, a qué miedos os enfrentais en vuestras relaciones sexuales” Algunos hombres respondieron:
- A veces, me da miedo hacerles daño físicamente, con mi pasión.
- Tengo miedo a no poder provocar un orgasmo en la mujer
- Me asusta el fuego sexual que pueda surgir en la mujer.
- Tengo miedo a ponerme emocional ante una mujer.
- Me da miedo rendirme, penetrar en la vagina y “desaparecer”. A veces he superado el miedo inicial a eso y luego me ha gustado mucho sentir que “no soy nada”. Simplemente estoy rendido al placer. Pero no siempre puedo entrar en esa sensación.
- Me da miedo perder la erección.
- Al placer de estar en contacto con su vagina y hacerme dependiente.
- Tengo miedo a perder el control.
- Me da miedo eyacular demasiado pronto.
- Tengo miedo a sentirme usado por ella por querer complacerla y olvidarme de mí.
- Me asusta no ser muy buen amante, no dar la talla, que no le guste como lo hago.
- A liberar mi fuego por ser muy animal y poder dañarla físicamente.
- Me da miedo obligarme a hacer algo sólo para satisfacerla, sin tenerme en cuenta.
- Miedo cuando siento que la mujer se está desconectando de mí.
- Me dan miedo sus manifestaciones emocionales.
- Tengo miedo de mostrarme inseguro y vulnerable.
- Miedo a sentirme abandonado cuando ella está desconectada.
- Miedo a expresar mi ira y herirla si me siento abandonado.
- Tengo miedo cuando ella no responde a mi fuego, a mi pasión, porque entonces me enfado y me culpo.
- Tengo miedo a imaginar fantasías y perder el contacto con ella.
¿Te has sentido identificado con alguno de los miedos? Algunos son conscientes, otros tan inconscientes que sin una exploración más cautelosa y profunda es imposible reconocerlos. Leerlos con calma y buscar entre tus experiencias sexuales qué reacciones has tenido y qué estados de ánimo y sentimientos te han acompañado antes, durante y después de tener sexo. Si te surgen dudas durante esta exploración, podemos hacer una consulta breve de veinteminutos por videollamada para resolverlas.
Miedos sexuales de las mujeres con los hombres
Del mismo modo, Astiko, lanzó la misma pregunta para las mujeres, y algunas de ellas respondieron:
- Me da miedo a ser invadida sexualmente.
- Tengo miedo de quedarme embarazada.
- Tengo miedo a no poder frenar la energía arrolladora del hombre.
- Tengo miedo al dolor físico en la vagina, que la siento muy sensible.
- Me da miedo sentir la pasión del hombre y sentir que todavía no me he abierto a recibirlo.
- No lo quiero rechazar, incluso me gusta su fuego pero todavía es demasiado pronto.
- Miedo a que pierda la erección y culparme por no ser suficientemente atractiva o excitante.
- Cómo decirle al hombre que sí quiero pero que todavía no estoy lista. Esto me da mucha vergüenza. Normalmente para evitar esa vergüenza hago dos cosas: o lo rechazo y así renuncio a esa experiencia o, me desconecto y dejo que ocurra a costa del riesgo a sentir dolor en la vagina. Eso me hace estar tensa y pendiente y a veces, estoy deseando que se acabe.
- Me da miedo que me utilice y no quiera acceder a mi corazón.
- Tengo miedo a mostrar mis emociones (a veces quiero llorar, otras reír, otras gritar) y que él me tome por loca.
- Miedo a pedir tiempo a mi pareja porque sé que él ya está listo. Según el momento del ciclo en el que me encuentro, mi vagina está menos receptiva, más seca y más cerrada, entonces necesito más tiempo para poder abrirme poco a poco. A veces me da miedo pedir ese tiempo a mi pareja, ya que en otros días del ciclo esto se da fácilmente.
- Miedo a mostrar el deseo sexual cuando tengo la regla.
- Miedo a no complacerlo si no tengo uno o varios orgasmos.
- Me da miedo decirle a mi pareja que me apetece hacer el amor si estoy con el periodo porque sé que no le gusta y normalmente no lo digo.
- Me da miedo amarle de verdad y que él no se entregue a la danza sexual, que sea algo banal para él.
¿Te has sentido identificada con alguno de estos miedos sexuales? Igual que en los hombres, algunos son conscientes, otros están tan ocultos que sin una exploración más cautelosa y profunda es imposible reconocerlos y sobretodo reducirlos. Lo importante es leerlos con calma y buscar entre tus experiencias sexuales qué reacciones has tenido, que sentimientos y estados de ánimo te han acompañado antes, durante y después de tener sexo. Del mismo modo, si te surgen dudas durante la exploración, podemos hacer una consulta breve de veinteminutos por videollamada para resolverlas.
¿Cómo podemos eliminar las tensiones y miedos sexuales?
Si te fijas, casi todos los miedos que aquí aparecen expuestos, tanto los del hombre como los de la mujer, son construcciones mentales acerca de qué pensará el otro si yo digo mi sentir y cómo reaccionará ante mi mensaje verdadero. ¡Esto nos asusta! ¡La verdad del otro nos da miedo! Deja paso a tu cuerpo, a los dos cuerpos, permitid que el cuerpo mande. Son los cuerpos los que saben y deben dirigir este encuentro amoroso.
Si la mujer no siente su vagina disponible todavía, por mucho fuego que el hombre esté aportando, el cuerpo de ella está marcando la espera. Es por ello por lo que se recomienda que el hombre no trate de excitarse antes del acto, sino que comenceis a contactar muy despacio, con la mirada, con caricias suaves. Aquí el arte del hombre consiste en permanecer presente y no perderse en su fuego. Para la mujer se recomienda que libere sus emociones y resuelva si hay asuntos pendientes antes del encuentro, para evitar una reacción emocional proyectada sobre su pareja. Esta predisposición permite tener el corazón abierto para poder acoger el fuego masculino a la vez que se respeta a sí misma. Es entonces cuando se produce la fusión entre los dos seres y este es el verdadero y profundo disfrute de la relación sexual.
Testimonio de un hombre con miedo a herir a su mujer durante el sexo
En uno de los módulos de Tantra que realizó, un hombre del grupo contempló un importante “darse cuenta” en sus relaciones sexuales. La experiencia que compartió fue:
Cuando mi mujer me dice “más despacio” en un momento en el que estoy con todo mi fuego a tope. Cuando me lo ha dicho desde el amor, he notado como mi pasión se ha convertido en amor en mi corazón. Mi cuerpo se ha parado, y he deseado amarla a la vez que he notado esa energía que estaba centrada en mi sexo, expandirse por el resto del cuerpo. En cambio cuando antes ella me lo comunicaba desde el enfado, yo no podía sostenerlo y entonces aparecía mi rabia, me enfadaba y me desconectaba.
El secreto para disfrutar más de nuestras relaciones sexuales
Es muy importante que las mujeres estemos presentes en nuestro corazón para poder pedir desde el corazón, sin aguantar más de la cuenta cuando algo no nos está gustando. Porque estas heridas femeninas que son acumulaciones de heridas vividas por muchas mujeres antes que nosotras, producen una gran desestabilización emocional. Las mujeres sienten la insensibilidad y brutalidad del hombre y se enfadan y el hombre no puede sostener tanta emocionalidad.
Es muy importante que el hombre no se pierda en su excitación, pendiente de llegar a su meta y se olvide de su amada. Por eso, es imprescindible la presencia absoluta para sostener todo lo que ocurre y disfrutar del momento.
El hombre dispone de esa capacidad innata para estar presente y si además, esa energía de fuego del hombre le puede subir al corazón usando su respiración y su presencia, ahí es donde él se pone vulnerable y si la mujer está abierta de corazón (ya que esta es su capacidad innata) entonces se produce la fusión de los dos amantes. Este es el más elevado objetivo de dos personas que van a hacer el amor, la fusión con el otro. A través de la fusión llega la satisfacción de forma natural, no hay nada que forzar. Si el hombre escucha su corazón también podrá saber si está abierto a esa mujer o si lo único que busca es la satisfacción momentánea. Si tiene el corazón abierto a esta mujer, encajareis en un baile de dos poniendo presencia. Si es una satisfacción momentánea lo que buscas, probablemente no haya esa escucha de tu pareja ni de ti y a veces es mejor buscar la satisfacción de otra forma.